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1939. El exilio de los socialistas mataronenses. Una misma situación, cinco casos diferentes

14 de diciembre 2020

1939. El exilio de los socialistas mataronenses. Una misma situación, cinco casos diferentes
Artículo de JOSEP PUIG-PLA publicado en la revista Felibrejada 98, del Grupo de Historia del Casal, aparecido con motivo del 12º. Ciclo Coloquio Historia a debate EXILIOS Y DISIDENCIAS, recientemente celebrado.

El artículo trata cinco casos de exiliados, de los que se podrá comparar cómo fueron al exilio, cómo lo vivieron, en qué circunstancias personales y políticas y cómo lo terminaron. La mayoría volviendo a casa, más o más tarde, moviéndose en la clandestinidad estricta y vigilada. Mientras que otro -el más significado, Jaume Comas y Jo- permaneció en Francia, donde continuó con una actividad sindical y política de cierto relieve. Es enterrado en tierra francesa.

El fin de la Guerra 1936-1939 supuso el exilio para muchos de los perdedores. Un exilio real, físico, alejado del país, en el extranjero, o un exilio en casa, en la familia y en el trabajo, el llamado «exilio interior». En todos los casos, bastante dolorosos y largos. 

 En 2013 el PSC de Mataró quiso dedicar una publicación, un opúsculo, a la cuestión, fijándose en cinco militantes socialistas, pero extendiendo la mirada más allá para analizar los hechos y recoger nombres de Mataró de todas las ideologías . Con el título Guerra y exilio de socialistas de Mataró, y coordinado por Anna Comas y Valls, el volumen analizaba «las consecuencias de la Guerra Civil para muchos compañeros, que perdida la guerra, tuvieron que emprender el camino del exilio» . Una situación que no sólo sufrieron ellos a título personal, sino también sus familias, tanto si permanecieron en casa como si fueran al extranjero. 

La derrota republicana afectó a todos los grupos políticos y sindicales que estuvieron junto a las instituciones legales: Gobierno y Presidencia de la República, Cortes, Gobierno y Parlamento de la Generalitat. CNT, ERC, UGT, PSUC, POUM, Estado Catalán, Acción Catalana Republicana (ACR), Unió de Rabassaires y otros. Los grupos más numerosos eran el de inspiración libertaria (CNT, FAI, Juventudes Libertarias), el socialista-comunista (PSUC, UGT, JSUC) y el de ERC, el partido hegemónico en las instituciones catalanas. Estos partidos y sindicatos, exiliados sus dirigentes y afiliados, fueron declarados ilegales por las nuevas autoridades, sus moradas incautadas (cuando no también propiedades privadas de algunos líderes) y su documentación escondida o destruida, en este supuesto mayormente por los mismos militantes antes de irse. 

Todos estos efectos también cayeron sobre otras entidades de carácter progresista, cooperativas, ateneos, asociaciones naturistas o bien de pensamiento y acción libres. En Mataró sería el caso de la Sociedad Iris o la Moderna Fraternidad, entre otros.   

El bloque social-comunista se encontraba junto al nuevo Partido Socialista Unificado de Cataluña (PSUC), fundado en julio de 1936, resultado de la fusión de cuatro partidos, y en el sindicato UGT. Quedaba fuera el Partido Obrero de Unificación Marxista (POUM), de filiación comunista, pero enfrentado y pronto perseguido por la URSS de Stalin. Una vez en el exilio, la ideología de partida de los militantes y la realidad política europea y mundial, hicieron que muchos socialistas salieran del PSUC e ingresaran en nuevas organizaciones de base socialista (Frente de la Libertad, Movimiento Socialista de Cataluña). De todos modos dirigentes como Joan Comorera, que era su secretario general, el sindicalista sabadellense Josep Moix y el mataronense Jaume Comas continuaron en el partido creado en 1936. 

 

El mencionado opúsculo del PSC local (el número 10 de una colección) se abría con un interesante y detallado estudio de Ramon Salicrú titulado «Exili republicà. Memoria Histórica», un texto en mi opinión de obligada consulta. Salicrú, en la entradilla de su texto, decía que, tras analizar brevemente la realidad económica, social y política de los años treinta en España y Cataluña en particular, pretendía «contar con cierto detalle las particularidades del exilio de muchos españoles, catalanes y mataronenses. Lo cierto es que recogía una lista de más de cincuenta nombres, que con el tiempo y con la ayuda de otros historiadores me consta que se está ampliando de forma notable. 

El volumen se completaba con el retrato biográfico de cinco destacados socialistas, Joan Bta. Bellsolell, escrito por Manuel Mas; Fernando González, a cargo de Javier Naya; Francisco Verdalet, narrado por la curadora del volumen, Anna Comas; y Jaume Comas y Francesc Anglas, redactados por quien firma. Veamos brevemente un resumen de cada peripecia personal.

Jaume Comas i Jo (Manresa, 1892 – Najac, 1966), dirigente sindical del textil (trabajaba en Ca l'Asensio), fue teniente dealcalde del Ayuntamiento republicano, delegado del Hospital y de la Caja de Ahorros, diputado en Corts en 1934 y de nuevo 1936, y ya en 1938 subsecretario del Ministerio de Trabajo y Asistencia Social con Josep Moix de ministro. En el exilio residió en el pueblo de Najac (Aveyron), donde se estableció como barbero. 

Pasó la frontera en coche oficial y chófer con pistola. Con la credencial del Ministerio traspasó la línea sin apuros y no fue internado en ningún campo de concentración. Los cargos políticos y dirigentes fueron tratados con mayor consideración. El sindicato francés CGT se preocupó de que miembros de UGT y dirigentes del PSUC obtuvieran pasaportes en regla. Comas siguió teniendo responsabilidades sindicales y políticas, que le llevaban a viajar a París más de una vez al año. Miembro del Comité de Cataluña de UGT en el exilio (sector PSUC), como secretario de la Federación Regional de la Industria Fabril y Textil del sindicato en 1946 fue enviado a la capital francesa para rehacer esta Federación, de la que fue reelegido más adelante. Participó también en actividades antifranquistas y tuvo un papel destacado en mítines, como uno de Lyon en 1948.  

En septiembre de 1950, en pleno marco de la Guerra fría, por injerencias exteriores y presión del Gobierno español, Comas sufrió la represión del Gobierno francés respecto a los comunistas extranjeros, acusados ​​de espionaje en favor de la URSS. Es lo que se conoce como la operación BoleroPaprika3. 404 militantes fueron detenidos, de los que 275 eran españoles, aunque muchos habían luchado durante la Segunda Guerra Mundial o colaboraron con la Resistencia. Las organizaciones comunistas españolas radicadas en Francia (con el PCE y el PSUC a la cabeza) fueron prohibidas y sus militantes, o al menos los dirigentes más conocidos detenidos o deportados fuera del hexágono, en Córcega o en algunas de las colonias. Comas fue conducido a Vialar, una población del interior de Argelia. Obligado a trabajar en obras públicas, al enfermar fue destinado a hacer de cocinero para sus compañeros. Hasta después de más de un año no fue liberado y pudo volver a la metrópoli ya su residencia occitana. Sus dos hijos, nacidos en Mataró, se integraron de lleno en la vida francesa (escuela, trabajo, matrimonio) y el mayor, José se nacionalizó francés. Su padre nunca lo hizo, porque siempre mantuvo la esperanza del regreso. El hijo pequeño, Jaime, no se naturalizó en el país vecino hasta que su padre había finado. 

 

Comas, por su fuerte vínculo con Comorera y Moix, creo que siguió afiliado al PSUC hasta el final de sus días. Su deportación a Argelia de 1950 lo confirmaría, puesto que los partidos socialistas no sufrieron persecución. Con motivo de esa detención, le quitaron toda la documentación que tenía en casa (correspondencia, informes, prensa). 

Francesc Anglas Sarlat (Mataró, 18991988-1933) era posiblemente el segundo dirigente más destacado entre los socialistas mataronenses. Teixidor, también sindicalista del textil de UGT y de Ca l'Asensio, era un miembro activo de la Federación Catalana del PSOE. Había participado como delegado en algún Congreso Federal y también en el congreso de unificación con la Unión Socialista de Cataluña en 1936. En XNUMX, como toda la organización, se incorpora al PSUC. 

Será quinto teniente dealcalde, integrante de la Coalición Republicano-Socialista (con ERC y ACR), delegado de Mercado y miembro de la Comisión de Finanzas. Como cooperativista fue secretario de la Unión de Cooperativas de Mataró. De los últimos en incorporarse al ejército, pasó la frontera con su unidad, mientras que las cinco mujeres de la familia lo hacían a pie por su cuenta. En la estación de Figueres se encontraron a Jaume Comas, que iba con el coche oficial. Éste les indicó unos trenes, que finalmente no salieron, y tuvieron que seguir caminando hasta llegar a Francia. Después de un tiempo en el campo de Ribesaltes, las mujeres fueron llevadas en tren hasta la Bretaña, en Belle Île-en–mer. Allí su filla antenada Anna Coma4, que había aprendido correctamente el francés, trabajó en el reparto de la leche a los refugiados y después en la oficina. Anglas, después de pasar por los campos Sant Cebrià, Argelers y el Barcarès, pudo salir al encontrar un trabajo fijo cerca de Albi, donde se pudo reagrupar con toda la familia en un modesto piso.

A raíz de la ocupación de Francia por los alemanes, las mujeres regresaron pronto a Mataró (hacia 1940), pero él no lo hará hasta 1944, después de escaparse con otros compañeros de un campo de trabajo alemán. Atravesando todo el país del hexágono llegó hasta la frontera y se presentó de improviso en casa. Después de quince meses en la Cárcel Modelo, salió en libertad vigilada. Aunque la policía le hacía comparecer a menudo en comisaría y que cuando venía Franco a Barcelona era detenido, su filla considera que le respetaron bastante. Los policías, al cabo de un tiempo de tratarle, ya le llamaban «el amigo Anglas».

Durante el franquismo mantuvo una actitud prudente, siempre en contacto con los compañeros de la fábrica Asensio, donde fue readmitido, y con los viejos socialistas y ugetistas. Estos solían reunirse en el Bar Canaletas y se preocupaban de ayudar a los presos. 

De Francesc Verdalet Guardiola (Blanes, 1914-Güsen-Mauthausen, 1941) escribió la biografía la propia curadora del volumen.

Anna Comas tituló su texto «La lucha por la defensa de sus ideales. Exilio y muerte en Mauthausen». Verdalet, más joven que los anteriores, aunque nacido en Blanes se le ha considerado mataronense por residencia y militancia. A partir de 1918 su familia se instala en Mataró, donde residirá con sus diez hijos, los seis primeros nacidos en el pueblo de la Selva y los últimos en la nueva residencia. Anna Comas recoge que el escritor Joaquim Casas, hijo de Blanes y también de alpargatero explicó a Celuloide rancio que en Mataró «vivían varias familias originarias de Blanes buscando mejores perspectivas de trabajo y mejores condiciones de vida».

Francisco Verdalet trabajó en Can Gassol, desde que dejó el colegio nacional Puerto Rico, hasta que fue a la guerra. Toda la familia era de ideas socialistas, aunque sus padres no eran afiliados. Sí militaron él y su hermano Luis en el Partido y las hermanas Carme y Montserrat en las Juventudes Socialistas. Sus sobrinos Josep Verdalet y Rosa Montero definieron a su entrevistadora a su tío «autodidacta, culto, de izquierdas, con conciencia de clase y que vivía para la política». 

 Afiliado primero a las Juventudes, se integró en el Partido siguiendo el mismo recorrido señalado anteriormente (PSOE, USC, PSUC). Fue un miembro activo, frecuentando la Casa del Pueblo, hogar del socialismo local, una morada que contaba con café, economato, teatro y oficinas. Desde el frente de Madrid y después del de Aragón -siempre con su hermano Luis- firmó personalmente algunas crónicas en el diario local Libertad.                 

Con la Retirada es internado en el campo de Argelès. Habiendo encontrado un trabajo hubiera podido salir, pero no lo hace para no dejar a los compañeros que aún permanecían allí. Pero sí anima a hacerlo a hermanos y un sobrino. Entonces se produce un hecho que será la causa de su trágico final. Ya con los nazis en Francia, a su amigo David Puente le tocó por sorteo incorporarse a una Compañía de Trabajadores Extranjeros (CTE), donde fueron enviados muchos exiliados republicanos. Francisco se incorpora voluntariamente para acompañar a su amigo. Destinado a Alsacia, fue obligado a construir casamatas en la frontera alemana a temperaturas de -320 C. Bombardeados por los alemanes, el mando francés los abandonó y fueron detenidos por los nazis. 

Cerca de Latry (Belfort) les visitó Himmler, jefe de la Gestapo, quien les comunicó que serían trasladados a Austria sin dar más detalles. Conducidos a Mauthausen e interrogados sobre si son rojos españoles todos los presos lo afirman. Quien hacía de intérprete era Francesc Boix, el fotógrafo que con sus imágenes divulgó en el mundo el horror nazi y fue testigo de los Juicios de Nuremberg. Sobre él se ha rodado el magnífico filme El fotógrafo de Mauthausen, dirigido por Mar Targarona e interpretado por Mario Casas.

Los trabajos forzados que tuvo que hacer, a 270C lo enferman y coge la tuberculosis. Pudiendo haber sido tratado médicamente, la drástica resolución de los dirigentes del campo es administrarle una inyección de petróleo directamente en el corazón. Tenía sólo 27 años. David Puente fue quien informó a la familia de los hechos en una carta fechada en 1945, pero que no llegó a su destino hasta los años cincuenta. Mientras tanto, la familia no sabía lo que se había hecho de él. Ciertamente el comportamiento de Verdalet es de una extrema generosidad hacia los compañeros y amigos.  

Su nombre figura en las relaciones de republicanos españoles fallecidos en los campos del horror, libro de Montserrat Roig. Fernando González Cassany (Mataró, 1900-1973). Panadero de oficio, comienza a trabajar a los 13 años en un horno de La Habana. De joven ya muy implicado en el movimiento sindical, se adhirió a la CNT. Según Javier Naya «el sindicalismo sería un hilo conductor de su trayectoria». Se afilió a la Federación Catalana del PSOE en el momento en que se congriaba la fusión con la USC. Durante la guerra actuó en Segovia y Valencia y fue responsable de un campo de prisioneros, mientras que su hijo Salvador, con 17 años, fue llamado a la «quita del biberón».

Terminada la guerra, Fernando fue al exilio con su hijo Salvador (tenía otro nombre Jaume) a pie, dejando al resto de la familia. Internado en el campo de Argelès, padre e hijo pasaron allí cerca de dos años, soportando todo tipo de penalidades, hambre, frío, miseria. Salvador pudo regresar a Mataró gracias a un aval de un tendero y Fernando en 1942 pudo obtener el Certificado de Nacionalidad (en calidad de refugiado) expedido por el Vice-consolato de España en Agen. El certificado le permitió encontrar un trabajo en Sainte-Livrade, donde trabajó de panadero.

Animado por los falsos rumores de amnistía política, llegó a la ciudad en 1945. Detenido enseguida, fue encarcelado en Montjuïc y después en la Modelo, de donde no pudo salir hasta finales de la década con unos avales firmados por los suyos antiguos compañeros panaderos cooperativistas de Mataró. Volvió a trabajar en su oficio hasta su jubilación. Aunque en libertad, le ocurría lo mismo que a Anglas ya otros, que cuando el dictador visitaba Barcelona estaba encerrado en el cuartelillo de la Guardia Civil. No le trataban mal relataba, pero lo que más le molestaba era no poder fumar con su pipa. González frecuentó a los compañeros socialistas en los encuentros míticos en el Bar Canaletas (valdría la pena recrearlas), que constituían aquellos años el punto de encuentro y lugar de contacto donde mantener el calor político y organizar el apoyo a los presos ya sus familiares. Los asistentes cotizaban cada semana una peseta. 

Según Naya sus familiares le recuerdan "como un hombre con un carácter fuerte, muy serio, y con una preocupación extrema por injusticia". Nunca quiso hablar de política en casa y ardió los documentos y fotografías que conservaba, pero guardó una pistola en el jardín por lo que pudiera pasar. Su nieto, Pere González Coll, artísticamente Perecoll, dedicó su escultura Intolerancia, al paseo de Carles Padrós, a las víctimas del fascismo y, en un aspecto más personal e íntimo, a su padre y abuelo.       

 Juan Bautista Bellsollell Vilella (Mataró, 1919-2008). Y el último de los cinco personajes (Last but not less), un hombre de leyenda o de novela. El activista y conspirador político y destacado cineasta Joan Bta. Bellsolell. Manuel Mas le definió en el título de su trabajo como un «hombre de proyectos audaces en la frontera del surrealismo». Mas, cuya esposa era prima hermana suya, descubrió muchos aspectos de su vida que la misma familia ignoraba. ¡Y yo pienso en lo que todavía falta por desvelar! Hijo del sillería de la calle de Sant Josep, de muy joven, de la mano del nacionalista Joan Layret, se incorporó a Nosaltres Sols!, la organización independentista que actuaba al margen de los partidos, y también a Estat Català, una formación separatista. A los 17 años, y ya en guerra, es comisario político del Batallón de Montaña Pirenaico. Parece ser el más joven entre los que realizaban esta función. Cuenta en una entrevista que su militancia juvenil respondía más a vinculaciones sentimentales y amistad. 

 

Pasará por los campos de concentración de Septfonds y San Marcos (León) y deberá realizar el servicio militar en el Ejército de Franco. Descubierto su historial, conseguirá escapar con la ayuda del futuro cooperante Vicenç Ferrer. Ya en Francia, comparte habitación en la Residencia de Estudiantes de Montpellier con Josep Pallach, militando entonces ambos en el POUM. Allí les visitó el activista y antiguo alto cargo del Ejército republicano Josep Rovira, que estaba formando el Frente de la Libertad con militantes procedentes del POUM y otros. El Frente de la Libertad, en el que se integraron los dos jóvenes, convencidos por Rovira, desembocó en la creación del Movimiento Socialista de Cataluña (MSC) en Toulouse en 1945.

 

Durante la Segunda Guerra Mundial, Bellsolell en contacto con la red Martin ayudó a la evasión de aliados perseguidos por el nazismo a través de España. Pasó por Lisboa, Gibraltar y el norte de África. En Argel hará de profesor de español, ya que se había licenciado en Filosofía y Letras en Montpellier. También había estudiado cine en París con Gorges Sadoul, y en la capital había sido contratado como profesor de instituto. Por otra parte, aceptó dirigir el servicio de cine del Movimiento Europeo, a petición de Adroher Gironella.

En 1942-1943 Pallach y él mismo entran clandestinamente en Barcelona como miembros del Frente de la Libertad. A partir de 1945 participa en la creación del MSC en su interior con Edmon Vallès. Será el representante permanente del partido en el Consell Nacional de la Democracia catalana (conocido como Comité Pous y Pagès), que integraba a los partidos republicanos con excepción del PSUC. En el Comité coincidió en algunas reuniones con Esteve Albert, que iba en nombre de FNC y que lo ha narrado en sus memorias8. Por aquel entonces, Bellsolell protagonizó muchos pasos clandestinos por la frontera, en ambos sentidos. 

Parece que fue el contacto en el interior del MSC hasta 1950, según documentos depositados en la Fundació Rafael Campalans. Firmó artículos con su nombre, con las iniciales o con el sobrenombre Joan Busquets, que usaba en la clandestinidad, en el portavoz del partido Endavant. En sus textos aboga por la superación de los partidos socialistas nacionales, apuesta por el federalismo europeo («nuestro combate es la Europa socialista») y afirma que «hay que rebasar el viejo socialismo, es necesario hacer un llamamiento a todos los grupos del movimiento obrero democrático (…). Refundación, reagrupación y finalmente renovación en torno a un programa que plantee a fondo el problema de la revolución europea» 9. Un texto que denota su faceta de teórico y donde plantea cómo encarar los retos de presente y futuro, marcando distancias con el comunismo. 

La no beligerancia de los aliados con el franquismo (a partir de la Nota Tripartita de 1947), que ayudó a la consolidación del Régimen, fue un fuerte golpe político y moral para los exiliados y todos los antifranquistas, que se vieron obligados a replantear la su acción. Sin embargo, Bellsolell explicó que se mantuvo en el activismo clandestino hasta 1965. 

El último Bellsolell es un hombre de cine, su gran pasión junto a la política. Miquel Porter Moix fue un contacto suyo en este ámbito y le dedicó varios artículos al Avui. por Manuel Cusachs y Corredor y Josep Sivilla también hablan de él en su libro sobre el cine en Mataró. Autor de documentales, coproductor de obras para televisión, guionista de filmes de cierto nombre en Francia, allí dirigió sus dos obras más destacadas. La primera, Ils ont tué Jean Jaurès, sobre el gran líder socialista francés, asesinado por su posición contraria a la guerra contra Alemania en 1914. La otra, El mundo de Pau Casals, estrenada en Perpiñán en 1974, presentada en festivales y proyectada en algunos cines franceses, no se pudo pasar en Barcelona hasta 1977 y al año siguiente en el Foment Mataroní. El filme tuvo su impacto en Catalunya, superada la censura, en plena transición y permitió conocer en profundidad a un personaje de la talla de Pau Casals y hechos de la historia de Catalunya. Un hombre, más allá de ser un músico universal, fue una activista antifranquista muy comprometido y generoso y un adalil de la paz mundial.

 

En los últimos años de su vida -ya perdiendo empuje por la edad y la salud- se esforzaba por nuevos proyectos. Uno era sobre una radiotelevisión privada que debía emitir para España, Francia, Italia y norte de África, a partir de una productora con sede en Andorra. Un proyecto bastante fantástico (en el sentido de derivado de “fantasía”). A través de Joan Reventós y de Jordi Pujol consiguió unas ayudas económicas del Centro de Historia Contemporánea de Cataluña, cuando lo dirigía Josep Benet, para redactar unas memorias, que creo que no llegó a redactar.   

 

Bibliografía y Webgrafía sumarias CUSACHS CORREDOR, MANUEL – SIVILLA BOSCH, JOSEP (1994). El cine en Mataró (1897-1939). De la Linterna Mágica al Cine Sonoro. Ed. Caja

Layetana. Mataró.   

 

Guerra y exilio de socialistas mataronenses (2013). Coordinación de Anna Comas y Valls. PSC Mataró. Opúsculo núm. 10. En los diferentes artículos existen referencias bibliográficas más concretas.  

 

PUIG PLA, JOSEP (2003). «Francisco Anglas (1901-1988). Centenario de un socialista mataronense. Notas sobre el trabajo en el textil, la República y el franquismo». XIX Sesión de Estudios Mataronins. Museo Archivo de Santa Maria.

 

FUNDACIÓN RAFAEL CAMPALANS (2011). «Francisco Anglas, tejedor, sindicalista y socialista mataronense». Hoja suplemento 29 del Boletín del Archivo Histórico. Diciembre 2011. 

 

FUNDACIÓN RAFAEL CAMPALANS (2017). «Jaume Comas y Yo, del sindicalismo del textil en Les Corts y en el exilio». Diccionario biográfico 31 del Archivo Histórico. Abril 2017.  

 

FUNDACIÓN PABLO IGLESIAS. Diccionario biográfico. https://fpabloiglesias.es/archivoy-biblioteca/diccionario-biografico/ 

 

ROJO, MONTSERRAT (2017). Los catalanes en los campos nazis. Nueva edición revisada. Ediciones 62, Libros en el Abasto. Barcelona.